Chile: Venta de tierras fiscales a extranjeros - 1ra. Nota del día

 

Hay fundamentos en un Estado de Derecho que permiten otorgar títulos de propiedad a extranjeros que adquieren tierras puestas a la venta por el Estado sea nacional, provincial o municipal. Mientras las sumas de dinero pagadas por ellas ingresen a las arcas respectivas es un acto lícito.

Los empresarios inversores provenientes del extranjero están observando, desde hace años, que más les reditúa adquirir GRANDES EXTENSIONES DE TIERRAS FISCALES que prestar sus activos o invertirlos como capitales golondrinas.

Ahora, evidentemente que estos empresarios foráneos son tan ???tontos y pobrecitos???,???no saben nada???, que las tierras que les estamos vendiendo en toda Sudámerica están llenas de agua, tienen ríos, lagunas, o las más, grandes ríos o napas subterráneas están sobre esos dominios.

Pobres???
los hemos engañados???
somos tan astutos nosotros los sudacas. LES HEMOS VENDIDO MAS AGUA QUE TIERRAS.

Claro que en algunos casos les hemos vendido zonas con tal diversidad de paisajes y recursos naturales que ellos mismos le peticionan al Estado para crear Parques Nacionales y que sea el Estado el que se haga cargo del cuidado y mantención de los mismos.

En otros, hasta vendemos esas grandes extensiones con inquilinos en su interior. Poblaciones indígenas están siendo desposeídas de sus tierras en las que han vivido por generaciones y echados de ellas para luego alambrar esas tierras impidiendo tránsito alguno por ella, cortando de repente caminos o senderos utilizados por todos los lugareños.

En Argentina, hoy parte de la Provincia del Chaco está sin agua???se han secado las napas subterráneas, y algunos poblados de descendientes de indios tobas se rebelan para que no los expulsen de sus tierras vendidas a inversores extranjeros, o tomadas por el Ejército que no justifica el uso de vastas extensiones a su cargo. En la Provincia de Corrientes, donde yace parte del Acuífero Guaraní, hay una disputa contra las autoridades que han vendido cerca de 250.000 hectáreas a extranjeros. No hablemos de la Pcia. de Santa Cruz, al sur, donde más de 60.000 hectáreas han sido ???regalads??? al inversor extranjero.

LA CUESTION ES QUE ESTAMOS REMATANDO NUESTRO SUELO PATRIMONIO NACIONAL. Estamos vendiendo nuestras tierras al extranjero que nos comienza a comprar de a poco. Ellos adquieren y se hacen dueños propietarios en zonas específicas, estratégicas, con ríos, lagunas, napas subterráneas, otras, ricas en minería, etc..

Todo esa reserva de recursos nacionales que debiéramos estar preservando la vamos entregando poco a poco hasta que de repente nos demos cuenta de que no nos queda nada. Que hemos vendido todo y el dinero se nos esfumó en pagar los costos de mantención de nuestra burocracia política.

Paraguy vendió o cedió a U.S.A. una vasta zona en donde se han instalado más de 15.000 mariners en una Base del Ejército americano.. ¿Para qué? Atinen ustedes.

Estoy plenamente de acuerdo con la propiedad privada, pero no con la venta indiscriminada de tierras con potenciales recursos naturales para que quedan en manos de extranjeros. Luego, entonces me pregunto, ¿Quiénes son los responsables de esas ventas? ¿ Quién es el que autoriza tales ventas? ¿ Se efectúa la venta a través de licitaciones, remates o ventas directas? ??? Los culpables de tales desatinos merecen algún castigo o son inimputables según la ley? -
Creo que va siendo hora de que comencemos a cambiar nuestras leyes, adecuarlas a los tiempos modernos en que vivimos y proyectarlas hacia un futuro mediato y no retrotraerlas en su vigencia a los tiempos de la colonia. Tenemos y debemos regirnos con leyes actualizadas en sus cuestiones, que contemplen las acciones del individuo de hoy, en un mundo ???globalizado??? y perfectamente dinámico, donde la obsolescencia es pan de todos los días.

EXIGAMOS LEYES PROTECTORAS CONTRA LA VENTA INDISCRIMINADA DE NUESTRO SUELO QUE GUARDE RECURSOS NATURALES.

Yo propongo que Chile venda unas cuantas millas marítimas de sus costas y la mitad de la Cordillera de los Andes para mantener las lacras burocráticas. Así nos salvamos de seguir rematando el suelo que pisamos y que es de todos los chilenos.