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martes, 11 de septiembre de 2007

La Humanidad - Ciencia - Espiritualismo: Stonehenge, más allá del mito



Nota del Blog: expongo 4 Artículos con diferentes visiones.

Al final de la nota se encuentra un video sobre  Stonehenge.

En La sección Videos, - ir con Control + Fin simultáneamente - , se encuentra un Video de Stonehenge.

Gracias

Artículo 1:

Stonehenge, más allá del mito

Stonehenge es fuente de valiosos datos sobre el devenir humano, y ahora contamos con nueva información sobre lo más importante: las personas que los construyeron.
Es uno de los más famosos monumentos prehistóricos: una serie de piedras verticales con otras piedras horizontales en forma de dinteles, formando un círculo en cuyo interior había varios monumentos más.
Situado cerca de Salisbury, en Inglaterra, Stonehenge ha animado la imaginación durante literalmente miles de años, evocando todo tipo de leyendas en distintos momentos.
Los monumentos de grandes piedras, llamadas megalitos, son una constante de ciertas etapas históricas humanas, en particular el neolítico.
En el continente eurasiático africano, se considera que el neolítico comienza alrededor del 8.500 antes de nuestra era y se caracteriza por la aparición de la agricultura y la domesticación de las primeras especies de valor económico, el ganado.
Hasta ese momento, los seres humanos debían procurarse el alimento cazando y recolectando productos que crecían de forma silvestre, lo que condicionaba que sus culturas fueran nómadas, siguiendo a las manadas de presas o cambiando su lugar de residencia según la disponibilidad de frutos de la tierra.
La agricultura permitió que los humanos se asentaran en poblados estables, promoviendo la construcción de casas y templos, la creación de caminos, y la invención de nuevas herramientas de piedra para labrar la tierra, cuidar los cultivos y procesar las cosechas.
Los pueblos neolíticos eran, aunque la cultura popular a veces sugiera otra cosa, altamente desarrollados. Sus herramientas de piedra eran eficaces, su tecnología bastante desarrollada y en constante evolución, y sus conocimientos astronómicos sumamente sólidos.
Parte de esa evolución fue la creación de grandes monumentos de piedra, como los menhires, los dólmenes (piedras verticales que sostienen una losa horizontal, de carácter en general funerario) y los círculos de piedras, siempre con una orientación astronómicamente significativa, como corresponde a una cultura cuya vida depende de las estaciones y la cuidadosa observación de los cielos para saber cuándo plantar, cuándo cosechar y cuándo prepararse para el frío.
Stonehenge es sólo uno de los 900 círculos de piedra que se conocen sólo en las islas británicas.
Stonehenge no fue un proyecto de una sola etapa, sino que se fue formando a lo largo de más de mil años, y los estudiosos identifican tres grandes etapas constructivas.
Primero, hacia el año 3.100 a.n.e., se construyó un recinto circular de tierra de unos 110 metros de diámetro rodeado de un foso y un banco elevado, que contenía un círculo de 56 agujeros casi con certeza empleados para colocar troncos erguidos en un recinto ceremonial.
En una segunda etapa, hacia el 3.000 a.n.e., se construyó otro círculo más amplio de agujeros para postes, cada uno de ellos más pequeño que los de la etapa anterior, y empieza a haber cremaciones llevadas a cabo en el foso que rodeaba la elevación circular, lo que sugiere que se trataba de un cementerio de cremaciones al menos como una de sus funciones.
La tercera etapa de construcción se divide en varios momentos entre el 2.600 y el 1.930 a.n.e., donde la piedra sustituyó a la madera en los elementos verticales, primero con 80 piedras (llamadas piedras azules) formando un semicírculo, y después, entre el 2.450 y el 2.100 a.n.e. se creó lentamente el monumento que ya conocemos, al ser sustituidas las piedras azules por las gigantescas piedras sarsens para formar un círculo con dinteles, 5 trilitos (monumentos de tres piedras en forma de puerta) en su interior, además de las piedras azules formando un dibujo de herradura.
Los constructores dieron forma a estas piedras y tallaron en ellas empalmes de lengüeta y de espiga y mortaja que han permitido que al menos algunas permanezcan erguidas.
Seguirían algunos cambios menores, entre ellos las inscripciones de algunas piedras realizadas en la edad del bronce.
La construcción de Stonehenge es una hazaña notable aunque no imposible con la tecnología de la época, como lo demuestran los numerosísimos megalitos que existen en todo el mundo. Pero hasta ahora sabíamos muy poco acerca de quiénes los construyeron.
Recientes excavaciones en Durrington Walls, a menos de 3 kilómetros de Stonehenge, han revelado un gigantesco asentamiento humano de cientos de personas que data de entre el 2.600 y el 2.500 a.n.e, es decir, la época de la construcción definitiva de Stonehenge.
El arqueólogo Mike Parker Pearson de la universidad de Sheffield, Inglaterra, anunció que el descubrimiento de docenas de fogones mediante magnetometría llevó a las excavaciones de las casas que contuvieron tales fogones. Se trata, según se anunció el pasado mes de enero, del poblado neolítico más grande hallado hasta hoy en Gran Bretaña y que podría ser "la otra mitad de Stonehenge".
El complejo de Durrington Walls es, asimismo, un henge, es decir, un espacio cerrado con un banco a su alrededor y un foso dentro de éste, en un círculo de unos 425 metros de diámetro.
A fines de 2006 las excavaciones de Durrington Walls mostraron los restos de casas neolíticas de unos 24 metros cuadrados con piso de barro y un fogón central, restos de cerámica y huesos de animales con señales de haber sido cocinados y consumidos.
Las casas, salvo tres que están aisladas y podrían tener una función ceremonial, están apiñadas alrededor de un círculo de postes de madera similar al de las primeras etapas constructivas de Stonehenge, del que parte una avenida empedrada de unos 28 metros de ancho y 170 metros de largo, que lleva al río Avon y a la que los arqueólogos le suponen una función ritual.
Como en el caso del descubrimiento realizado por Zahi Hawass de las casas de los constructores de la Gran Pirámide de Keops, al recobrar su dimensión humana estos grandes monumentos nos recuerdan que son, ante todo, testigos de la grandeza, la capacidad, la tenacidad y la inteligencia de otros seres humanos, que junto con esas grandes edificaciones fueron parte de la creación de nuestra cultura y nuestra historia, y sin los cuales no seríamos quienes somos.



De la leyenda a los hechos

Desde que Geoffrey de Monmouth afirmó en siglo XII que Merlín trajo las piedras sarsen de Irlanda a Salisbury (mismas piedras que previamente habrían sido llevadas desde África por gigantes), Stonehenge animó la imaginación (y la oportunidad política) de muchos.
Así, el monumento se ha atribuido a los romanos, a los daneses, a los sajones y a los druidas celtas, hasta que el conocimiento científico demostró que era más antiguo que todos ellos.
Ello no ha impedido que algunas personas le atribuyan al sitio propiedades mágicas y místicas de todo tipo que nunca han podido demostrar.


Copiar y Pegar en el Explorador la siguiente direccion para ver el Articulo Original:
http://xoccam.blogspot.com/2007/03/stonehenge-ms-all-del-mito.html


Artículo 2:

Stonehenge La astronomía en la prehistoria


Evidentemente no podemos datar con precisión el momento en que el hombre empieza a interesarse por los astros y a realizar observaciones de los cuerpos más destacados: el Sol, la Luna, los planetas, etc. Pero si podemos hacernos una idea aproximada a partir de las construcciones que aquellos primeros pobladores nos han legado.

Puede que una de las construcciones prehistóricas más famosos en todo el mundo sea Stonehenge, que nos remonta unos 4700 años en el pasado. Todavía no está completamente clara su finalidad, ya sea religiosa, ya sea científica, ya sea una mezcla de ellas.

Ni siquiera se puede ofrecer una fecha más o menos concreta para su construcción pues estudios recientes parecen indicar que el complejo megalítico de Stonehenge fue construido a lo largo de diversas etapas, con sucesivas ampliaciones y modificaciones, incluyendo muy probablemente elementos de madera hoy desaparecidos, y por tanto también resulta probable que la finalidad fuera variando según la época.

Lo que si está claro, como mínimo, es que fuera cual fuera la finalidad original, Stonehenge presenta importantes relaciones con el firmamento que podrían convertirlo en un candidato ideal a primitivo observatorio astronómico.

En primer lugar nos encontramos con los cuatro marcadores principales, las llamadas piedras 91, 92, 93, y 94, que forman un amplio rectángulo.

Sus posiciones nos marcan la puesta de la Luna en mitad del invierno, la puesta del Sol en mitad del invierno, la salida de la Luna en mitad del verano, y la salida del Sol en mitad del verano. La alineación de estas cuatro piedras, formando ángulos de 90º, sólo es posible en esa latitud.

Después nos encontramos con 56 pequeños agujeros, los llamados agujeros Aubrey, que se pensó podrían haber sido utilizados para medir la tres de los ciclos metónicos por los que oscila la Luna, cada uno de 18,6 años (18,6 x 3 = 55,8). Es posible que una de las funciones principales de este observatorio fuera marcar la posición de la salida del Sol en la mitad del verano. Diversas zanjas y avenidas contribuyen a ello.

Alrededor de 800 años después de las primeras etapas de Stonehenge, se añadieron cinco trilitos (grupos de tres bloques de piedra) en forma de U invertida. Cada bloque tiene un peso que oscila entre las 30 y las 50 toneladas, un dato impresionante teniendo en cuenta la época y que nos indica la importancia que se daba a este complejo. A través de los huecos que formaban las columnas de estos trilitos quedaban marcadas perfectamente las posiciones principales de salida y puesta del sol y la luna.

Existe además un círculo externo de bloques de piedra arenisca formado por 30 bloques y, de entre todos ellos, sólo uno tiene una anchura que es la mitad del resto. Es decir que entre los 30 tenemos 29,5 "anchuras" de bloque, justo el número de días de una lunación.

Aproximadamente un siglo más tarde se excavaron toda una serie de agujeros rodeando el anillo externo de bloques. En la parte externa del anillo había 30 agujeros, en la interna 29. La suma total corresponde a dos lunaciones.

También es posible encontrar, dentro del recinto marcado por los trilitos, una estructura en herradura formada por bloques de arenisca. Y otros 59 bloques rodeando dichos trilitos. Estas estructuras podían haberse utilizado para marcar intervalos entre las posiciones lunares.
Como se puede comprobar, un impresionante complejo prehistórico que, si bien solo podemos conjeturar sobre su finalidad, bien podía haber funcionado como observatorio astronómico.

Copiar y Pegar en el Explorador la siguiente direccion para ver el Articulo Original:
http://www.portalesdeinteres.com/astro/article.asp?id=8





Artículo 3:

Enigmas De Estonehenge

Autor
Sanshiro on Marzo 21st, 2007

Aunque hoy día se sepa que los celtas no son los constructores, éstos tuvieron en todos los tiempos un gran respeto por Stonehenge. El primer texto que menciona el sitio con exactitud se encuentra en la Historia Regnun Britanniae de Geoffroy de Monmouth (1136), uno de los autores del ciclo arturiano.Stonehenge es, según él, una creación del druida Merlín, que por obra de magia habría traído las piedras desde Irlanda. Luego habría utilizado las “fuerzas vitales” del lugar para hacer aparecer el dragón, y es ahí también donde todos los nobles de Inglaterra habrían prestado juramento al rey Arturo.

Los autores británicos John Aubrey y William Stukeley, a fines del siglo XVII y a principios del XVIII, contribuyeron fuertemente a mantener la imagen de Stonehenge como un templo druídico y sitio importante de la cultura celta. Pero, aunque fue sin duda el sitio utilizado por los druidas para sus ceremonias, los pesados megalitos estaban ahí mucho antes de la llegada de los celtas a tierras británicas, y los misterios de Stonehenge no tienen ninguna necesidad de este aporte para seguir siendo apasionantes.

El monumento fue construido en cuatro fases, a partir del 2800 antes de Cristo, con piedras de diferentes orígenes. Algunas provienen de Avenbury, a una veintena de kilómetros al noroeste, otras de los montes Prescelly en el País de Gales, a más de 200 kilómetros de Stonehenge, y de Mildford Haven, ¡a 250 kilómetros!. Las “piedras azules” (riolitos) incorporadas a la construcción a principios de la Edad del Bronce (segundo milenio a.C.), vendrían de Irlanda.

Cada monolito pesa más de 50 toneladas y el conjunto, varios miles de toneladas: ¿Cómo pueblos de fines del Neolítico, de apenas algunos centenares de individuos, pudieron traer tales cargamentos con medios primitivos? ¿Y por qué haber ido tan lejos en busca de bloques de diferentes rocas?El emplazamiento de Stonehenge fue elaborado según un plan extremadamente preciso. Una zanja circular de 4 m. de ancho por 1,50 m. de profundidad forma un primer anillo de un centenar de metros. Al interior, sobre el talud, un segundo anillo está dibujado por 56 agujeros, conocidos por el nombre de “agujeros de Aubrey”, derivado del nombre de uno de los primeros exploradores del emplazamiento (1650).

Siempre concéntricos, otros dos anillos revelan cada uno 30 y 29 agujeros: éstos contienen osamentas humanas quemadas. Luego viene la parte monumental de la obra: dos círculos de piedras erguidas cubiertas de dinteles encerrando otras dos filas dispuestas en forma de herradura. Otras cinco piedras se levantan aisladas: dos, en la zona del anillo de los agujeros de Aubrey (”piedras de estación” destinadas a ser cambiadas de posición), una exterior, en la galería que conduce al monumento (”piedra de talón”, llamada así por su forma), una piedra de sacrificio a la entrada y un altar al centro.

Los numerosos restos humanos encontrados en el lugar indican que el sitio sirvió a menudo, a lo largo de los siglos, como lugar de sepultura. Sin embargo, todo muestra que esa no fue su primera finalidad.

En efecto, después de 1961, el plano del monumento fue estudiado por el científico Gerald Hawkins, profesor de astronomía de Cambridge, y Fred Hoyle, especialista en astrofísica del Californian Institute of Technology. Su tesis es que, para un observatorio ubicado en el centro de la construcción, los megalitos se observan en líneas de mira para realzar fenómenos astronómicos. Los círculos de agujeros corresponderían al sistema simple de una máquina calculadora gigantesca y primitiva pero de una precisión sorprendente.

El anillo de los agujeros de Aubrey se relaciona con el ciclo de los eclipses lunares: Hawkins muestra incluso que corriendo cada año seis piedras de un agujero se pueden prever todos los eventos lunares para períodos muy largos. Finalmente, distintos ángulos entre las piedras solitarias definirían los solsticios y los equinoccios, las salidas y las puestas del Sol y de la Luna.

Los razonamientos de Hawkins y Hoyle, incontestables en el plano astronómico, son sin embargo criticados por los arqueólogos. La multiplicidad de épocas de construcción parece contradecir la teoría de un observatorio construido con conocimiento de causa.

¿Pero por qué el mismo objetivo no habría podido ser perseguido durante varios siglos, con un perfeccionamiento progresivo del sistema? Además, la simbología del círculo (el Sol) y la de la herradura (el menguante de la Luna) abogan en favor de los astrónomos. Parece que hoy día no existirían contradicciones entre las constataciones de los arqueólogos y los astrónomos y, en todo caso, muchos concuerdan en reconocer que la precisión en los emplazamientos de los megalitos es demasiado grande para ser solo fruto del azar.

Las piedras de Stonehenge son tan grandes que se diría que fueron levantadas por una raza de gigantes desaparecidos después de los primeros tiempos. Una tradición relaciona estos gigantes míticos a otro pueblo igualmente legendario: los hiperbóreos.

En la mitología griega, los hiperbóreos, que adoraban al dios Apolo, habitaban en el extremo norte de Europa. El historiador Diodoro de Sicilia (siglo I a.C.) evoca incluso un sitio que podría ser Stonehenge: “Hay en la isla un recinto de Apolo y un templo ilustre, (…) los encargados son llamados boreades (…). El dios visita la isla cada 19 años, período durante el cual las estrellas vuelven a estar en el mismo lugar en el cielo”.

De hecho, los hiperbóreos son probablemente los iberos, ya que es en Portugal donde se encuentran las primeras alineaciones megalíticas. Una migración diseminó a este pueblo a lo largo de las costas (golfo de Gascuña, Bretaña) hasta Irlanda e Inglaterra, donde erigieron por primera vez un fantástico círculo de piedras.

Los emplazamientos megalíticos son numerosos a través de Europa (la península Ibérica, Westfalia, Hesse, la cuenca parisina, Provenza, Bretaña…), pero la mayoría son identificados como sepulturas. En Antequerra (Andalucía, España) como en New Grande (Irlanda) o en Castelet (Provenza), túmulos y dólmenes encierran siempre una o varias cámaras funerarias.
Sin embargo, al igual que Carnac, Stonehenge escapa a la regla. Ni pasillos ni cámaras funerarias: el monumento tiene ciertamente otro fin. Fuera de la hipótesis del observatorio astronómico, las explicaciones más diversas han sido propuestas.

Stonehenge sería un gigantesco generador de energía, un “nemetón” (lugar sagrado), no dudan en afirmar los seguidores de la tradición druídica. Astos forman una cadena humana alrededor del monumento cada solsticio para captar esta energía y cargarse de ella, siguiendo un ritual creado artificialmente en el siglo XIX.

¿Un puerto espacial para OVNIs? Esta es la tesis desarrollada por los espíritus más osados. La posición de las piedras correspondería entonces a un balizaje a ser ubicado desde el espacio. ¿Por qué no?, responden los ingenieros de la NASA…, ¡si es que se pueden imaginar platillos voladores tallados en piedra y forrados con pieles de animales.

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http://historia.alamedianoche.com/enigmas-de-estonehenge/


Artículo 4:

29-Sep-2006¿Un Stonehenge en Brasil?


Interesante descubrimiento nos lleva a la fase de las elucubraciones y a no querer descartar muchas cosas. Como reportero de noticias de esta prestigiosa columna en Astroseti, me gusta buscar cosas interesantes que no dejen de asombrarnos hoy en día respecto de los conocimientos que existían ya en los humanos hace muchos milenios y me he encontrado con esta noticia que es el título que expongo al principio. He aquí la historia proporcionada por la BBC News: Arqueólogos brasileños encuentran una estructura ancestral de rocas en una esquina remota de la Amazonia que puede aportar nueva luz sobre el pasado de la región.

El lugar, del cual se cree fuese un observatorio o un lugar de culto, es anterior a la colonización europea y se dice que sugiere un sofisticado conocimiento de astronomía. Su apariencia se compara al lugar inglés de Stonehenge. Era una creencia tradicional, que antes de la colonización europea, en el Amazonas no existiesen sociedades avanzadas. Solsticio de invierno Los arqueólogos hicieron el descubrimiento en el estado de Amapa, en la parte norte del Brasil. Un total de 127 grandes bloques de piedra fueron encontrados que habían sido conducidos por el suelo hasta la cima de un cerro.



Muy bien conservadas y con un peso de varias toneladas cada una, estas piedras fueron colocadas en posición vertical y espaciadas regularmente. Aun no se sabe a ciencia cierta cuando fue construida esta estructura, pero los fragmentos de utensilios de los indígenas encontrados en el lugar dan la pauta para concederle unos 2000 años de antigüedad. Lo que impresionó a los investigadores fue lo sofisticado de la construcción. Las piedras parecen haber sido colocadas para ayudar a apuntar el solsticio de invierno cuando el sol está más bajo en el cielo. Se cree que la gente ancestral del Amazonas utilizó las estrellas y las fases de la luna para determinar los ciclos de las cosechas. Aunque el descubrimiento en Amapa está siendo comparado con Stonehenge, el famoso círculo ancestral de piedras en el sur de Inglaterra, es definitivamente mucho más antiguo. Se cree que las de Stonehenge fueron erigidas en alguna fecha entre el 3000 y el 1600 a.C.

Artículo de - BBC NEWS - Steve Kingstone

Aportación de Liberto

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http://www.astroseti.org/noticia_2476_un_stonehenge_brasil.htm



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